Estos son tres
hombres que están tomando en un bar hablando sobre lo que habían hecho la noche
anterior.
El inglés dice: “Anoche
yo le di masajes a mi esposa en todo el cuerpo con un aceite de oliva finísimo,
luego hicimos el amor apasionadamente y la hice gritar durante 5 minutos sin
parar”
El francés para no
quedarse atrás dice: “Anoche yo le di masajes a mi mujer en todo el cuerpo con
un aceite perfumado afrodisíaco especial y luego hicimos el amor, la hice
gritar durante 15 minutos seguidos”
El español dice:
“Eso no es nada, anoche yo le di masajes a mi esposa con una manteca especial,
le acaricie todo el cuerpo con la mantequilla, luego hicimos el amor y la hice
gritar durante 2 horas seguidas”
El inglés y el
francés asombrados le preguntan:
“Dos horas, ¡¡¡que
fenómeno!!!”
¿Y cómo hiciste
para que gritara durante dos horas seguidas?
“Me limpié las
manos en las cortinas…”
Y luego estamos en
contra de eso de que dicen que los españoles nos pasamos el día contando
chistes, que graciosos somos.
En fin, dejando
aparte el humor por un lado, hoy os vengo a hablar de los estereotipos. ¿Y que
es un estereotipo? Bueno, un estereotipo es como un tipo de etiqueta
hacia algo que se repite mucho. Sí, lo sé, las definiciones no son lo mío pero
perdonad que os diga que yo no soy un diccionario, así que lo explicaré
utilizando ejemplos (al fin y al cabo así es como se entiende mejor).
Yo era una chica,
una niña feliz que desde siempre ha hecho sus deberes y estudiado para sus
exámenes hasta que en sexto de primaria me diagnosticaron miopía por lo que sí,
llevo gafas. ¿Y sabéis qué? ¡Estas gafas me dieron superpoderes! ¡Con ellas
puestas soy una empollona y una friki! O eso me decía la gente.
Vale, poniéndonos
serios, un estereotipo es una etiqueta que atribuyen a algo cotidiano, a algo
de desde siempre, por ejemplo, la gente que lleva gafas “supuestamente” es
inteligente, el típico empollón y friki, ya sabéis. Es un hecho real y si no
mirad las películas, el personaje con gafas es siempre caracterizado como
empollón. Y si no mirad a Dexter.
Pongamos otro ejemplo: en la
sexualidad. Si ves a un hombre afeminado, si querido amigo, ¡tu gay-radar esta
en lo cierto, te has topado con un homosexual! Venga, no.
Los estereotipos son generalizaciones
que pueden ser ciertas o no, positivas o negativas, y se aplican a personas por
su procedencia geográfica, por su orientación sexual, por su edad, sexo, raza, etnia
y muchos otros factores, como los ejemplos de arriba.
Por supuesto, estos estereotipos
también pueden ir atribuidos hacia las naciones, que es en lo que nos vamos a
centrar en concreto. En el libro de Dostoievsky, El jugador, salen
personajes como el general (este es ruso); el inglés, caracterizado como el
rico; el francés, a quien critica, puesto que a los franceses los tacha de
galanes; y el alemán, con el que parece burlarse (por ejemplo cuando le grita
“Ja wohl!”). Por supuesto, nuestro protagonista, Alexei Ivanovich, defiende los
estereotipos de Rusia, el realismo ruso (nación de la que procede nuestro
personaje).
Es desgraciadamente cierto que relacionamos
determinadas razas con ciertos problemas de la sociedad o aspectos ilegales de
la misma y esto es simplemente porque estamos acostumbrados a ver en la
televisión, en el cine e incluso en las noticias que “los malos”, “los delincuentes”,
“los inmigrantes” son siempre personas afroamericanas, rumanas, orientales o
latinoamericanas, por ejemplo. Sólo se nos muestran los aspectos negativos de
estas razas.
Además de esto me parece curioso como en dicha
encuesta que he leído para informarme (encuesta) muestre los dos diferentes
conceptos de racismo: el significado por el que entendemos todos, el de tener rasgos
o un color de piel diferentes, y el de personas de un origen nacional distinto.
Y pienso yo, ¿acaso a esa última definición se le puede llamar racismo?
Reconozco que me ha impresionado. ¿Tan difícil es convivir unos con otros a
pesar de no provenir del mismo sitio? Lo ideal sería pensar que la raza, el
color, la procedencia solo fueran rasgos que identificasen el origen de las
personas y no que sirviesen para discriminar o poner bajo el punto de mira a
determinadas personas sólo por su etnia.
Por ello, como ya he dicho antes, pienso que la culpa
es de los medios, ya que estos manipulan las cosas haciendo más grande la idea
de que individuos africanos, latinos, etc. sean distintos a nosotros, y lo peor
es que la audiencia lo acepta y se sumerge en este pozo de discriminación,
estereotipos y falsas creencias.
Zanjado el tema del racismo, el cual me parece más
preocupante, introduzcámonos con los tópicos europeos.
¿Os acordáis de las olimpiadas de Londres del 2012?
Bueno, y si no os acordáis da igual, porque ya os informo yo. Resulta que
crearon una guía de estereotipos para no meter la pata con los extranjeros que
iban a ir. Absurdo, ¿cierto?
"Los japoneses tienden a sonreír
cuando están furiosos, avergonzados, tristes o decepcionados"
Yo a eso lo llamo
sonrisa irónica, y creedme, los japoneses no son los únicos que tienden a
hacerlo entonces.
“Les puede parecer de mala educación
que te dirijas a ellos con las manos en los bolsillos, que les mires a los ojos
o que te suenes la nariz”
1. A mi madre
tampoco le parece bien que me dirija a ella con las manos en los bolsillos y es
española.
2. ¿Y si no les
miro a los ojos… a donde les miro, listo?
3. Hombre… y si a
la pobre persona se le está cayendo el moco… ¿estás seguro de que los japoneses
prefieren que lo tenga colgando antes que sonarse?
“A un árabe le molesta que le digan
lo que tiene que hacer”
¡Y a mí también! Y
no soy árabe.
"Los chinos son famosos por
comunicarse diciendo las cosas sin decirlas”
Aún no hay una ciencia cierta que afirme que existe la telequinesis, a mí
los chinos no me engañan.
“Los españoles tienden a hablar muy
rápido y muy alto y el tono suena imperativo, aunque eso no significa que
intenten mostrar superioridad o enfado. Lamentablemente, aunque hablan mucho,
solo uno de cada cuatro es capaz de mantener una conversación en inglés por lo
que es muy conveniente que los folletos informativos estén traducidos al
castellano. Sobre todo si hay versiones en italiano y japonés”
Estoy segura de que
esto es culpa de Ana Botella.
“Los españoles, disfrutan comiendo y
fuman como carreteros pero beben menos de lo que se podría esperar de un país
que produce tanto vino. Les encanta contar chistes y reírse de sí mismos. Su
ancestral machismo está declinando y España es hoy "una sociedad muy
igualitaria".
Disfrutamos comiendo... eh… ¿como
cualquier otra persona? No es por nada, pero necesitamos comer para sobrevivir.
Sobre que fumamos mucho… ¿solo los
españoles fumamos?
Lo de los chistes… bueno, España se
ha tomado las cosas con humor desde siempre, ¿no? Por ejemplo nuestro querido
Valle-Inclán ya se burlaba de la grotesca situación española mediante el
personaje de Max Estrella. Y con tantos programas y clubs de chistes sumados
con los Morancos pues… ahí nos han pillado.
“A los franceses no les cuesta nada criticar
pero hay que ser pacientes con ellos. También en la mesa: nunca hay que retirar
el pan hasta el final y si piden agua no les traigas un vaso, sino una jarra. Ah,
¡y sin hielo ni limón!”
Y ahora resulta que los franceses son
unos señoritos, que no quieren un vaso eh, quieren una jarra.
“No pierdas los nervios delante de un alemán
porque es señal de debilidad”
Pues ya verás como deja de ser señal
de debilidad cuando pierda los estribos y parezca que se vaya a comer al alemán
cuando le empiece a gritar.
“Levántate cuando entra una persona mayor en la
habitación; no grites; no pongas los pies encima del sofá o de la mesa; no
masques chicle en público; no hables con las manos en los bolsillos y cuidado
con el uso de los dedos: señalar con el pulgar hacia arriba en señal de
aprobación es de mala educación y apuntar a tu propia sien con el índice es un
insulto. ¿Y dónde no?”
Efectivamente, ¿y donde no? Creo que todos estamos de acuerdo con que esta guía es
muy estúpida. Es inevitable pensar que vivimos en una
sociedad totalmente estereotipada, pero no por eso deberíamos
guiarnos por los estereotipos. Los tópicos nacionales están bien a la hora de
querer reírse, por ejemplo la película de Ocho apellidos vascos que se basa en
poner en escena algunos de nuestros estereotipos naciones de forma humorística,
pero no podemos creerlos y seguirlos palabra por palabra.
España (creo) que es uno de los
países más estereotipados. Que si todos los españoles somos unos vagos, que nos
gusta el flamenco y bailamos sevillanas, que tenemos una enorme pasión por los
toros, que somos unos devotos de la virgen, que nos pasamos los días contando
chistes, que estamos todo el día en el bar con las tapas y el típico jamón y
paella, que si nos pasamos todo el día de fiesta, que si echamos la siesta….
Lo mejor es que la gente se lo cree.
Basándome en mis experiencias, tengo varias amistades con mexicanos pero uno en
concreto, cuando tuvimos la suficiente confianza para ponernos la cam, me
bombardeó con preguntas tipo “¿Tienes un vestido de flamenca? ¿Lo tienes?
¿Puedo verlo? Oh, mucho mejor, ¡baila flamenco con el puesto!”, lo que el pobre
chico no sabía es que yo, la única vez que me puse un vestido de flamenca tenía
tres años y acabé desvistiéndome en la misma calle y desde entonces ningún
vestido de flamenca ha invadido mi cuerpo. Además, ¡que la Romería solo dura un
día! ¿Cómo pueden pensar que nos pasamos la vida vestidas de flamencas? Después
de explicárselo empezó a insistir en que dijera “olé”, le gustaba mi acento español.
Lo cierto es que situaciones así son
divertidas, pero lo más gracioso es que nosotros mismos también tenemos
estereotipos de los demás, o al menos yo: estaba segurísima de que mi amigo −el
mexicano− tenía uno de esos sombreros mexicanos cuando me respondió que no
tenía ninguno y la decepción me invadió. Que al igual que no todos los
españoles tenemos ahí guardado nuestro vestido de flamenca en el armario, los
mexicanos no tienen su sombrero.
En conclusión, los estereotipos son
algo muy generalizado, y la mayoría de veces ni son ciertos. No podemos
hacernos una idea de que todos los italianos comen pasta y pizza, tienen
bigotes y dicen “Mama mia”; ni de que los franceses son unos románticos porque
París se supone que es la ciudad del “amor”; ni de que los alemanes son
personas serias, altas y rubias por mayoría, vamos a ver, que Hitler murió hace
ya, eh.
Hetalia |
Los estereotipos están bien siempre y cuando sean usados con humor y no con fines discriminatorios, además, en mi opinión, nos dan una idea sobre los países que, aunque a veces no sea cierta, es algo. Por ejemplo, hay un anime llamado Hetalia en el que cada personaje está caracterizado por su país y, por supuesto, estos están basados en los estereotipos de cada uno. No pienso que debamos acabar con los tópicos sino ser más acertados con ellos. Por supuesto, finalizar esta entrada diciendo que no todos somos iguales, que lo poco que “tengo” yo de española respecto a estos estereotipos, lo puede tener otra persona, porque cada uno somos un mundo, independientemente de nuestra cultura y nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario